¿Qué causa el dolor de espalda y a quién afecta?
El dolor de espalda es una de las dolencias generalizadas más comunes y afecta a hombres y mujeres de todas las edades. La columna vertebral es uno de los elementos portantes del cuerpo humano. Se compone de 24 vértebras unidas por discos intervertebrales que les permiten moverse entre sí. El sacro y, por último, el cóccix forman el extremo de la columna vertebral.
El dolor puede aparecer en una o en las tres secciones de la columna vertebral: cervical (cuello), torácica y lumbar. El dolor de espalda está causado por enfermedades o lesiones de los discos (por ejemplo, un disco intervertebral prolapsado) o de las articulaciones entre las vértebras (por ejemplo, desgaste, la llamada "artrosis de las articulaciones facetarias") o por otras afecciones.
El dolor de espalda ha avanzado en los últimos años y décadas hasta convertirse en la afección generalizada número 1.
Tipos de dolor de espalda
El dolor de espalda "agudo" suele durar hasta seis semanas. Si se prolonga más allá de ese periodo hasta 12 semanas, se denomina "subagudo", mientras que el dolor de espalda que persiste después de 12 semanas se denomina "dolor de espalda crónico".
Dependiendo de si existen causas y hallazgos físicos inequívocos o de si no hay causas claramente reconocibles, distinguimos entre:
- dolor de espalda inespecífico y
- dolor de espalda específico
Síntomas y quejas
Casi todo el mundo ha experimentado alguna vez un "pinchazo" o ligero dolor en la espalda. "Otra vez, la espalda" es una frase que oímos a menudo y nuestra espalda soporta mucho estrés cada día. Pasar horas sentados en la oficina, postura encorvada frente al ordenador, levantar y transportar objetos pesados o agacharse para trabajar en el jardín: un poco de dolor de espalda forma parte de la vida cotidiana.
Si los síntomas duran más tiempo, deben tomarse más en serio. ¿Duelen ciertos movimientos? ¿El dolor se irradia a los brazos o las piernas, tiene sensación de entumecimiento? Por ejemplo, mientras que un prolapso discal puede causar un dolor agónico que se irradia a una pierna, el desgaste de las articulaciones entre las vértebras se siente más como un dolor de espalda sordo y profundo. La calidad y gravedad exactas del dolor varían de un paciente a otro y dependen de si tiene una lesión aguda, una afección muscular o un desgaste de la columna vertebral. Dependiendo del cuadro clínico, la respiración también puede ser dolorosa, por ejemplo, cuando está afectada la columna torácica, mientras que el dolor en la columna cervical puede provocar cefalea y mareos.
Si los síntomas persisten o reaparecen, es aconsejable consultar a un médico y describirle las características del dolor. Le aconsejará sobre los posibles tratamientos disponibles para su dolor de espalda: estas opciones de tratamiento van desde llevar un soporte o corsé hasta tomar medicación o fisioterapia o incluso una operación. Un elemento esencial del tratamiento es el ejercicio regular: fortalece los músculos, estabiliza la columna vertebral y previene el dolor.
Las causas más comunes del dolor de espalda
La columna vertebral es un sistema complejo formado por cuerpos vertebrales, discos intervertebrales, músculos y ligamentos1. El dolor surge cuando se altera la interacción entre estas estructuras. Las razones más comunes son:
Estrés
El estrés provoca dolor de espalda
Las ocupaciones principalmente sedentarias y la falta de ejercicio físico en la vida cotidiana pueden dar lugar a tensiones musculares y dolores de espalda, aunque la columna vertebral en sí esté sana.
¿Sabía que la tensión psicológica, como el estrés en el trabajo o en nuestra vida privada, hace que el cuerpo se ponga tenso? Lea nuestro libro blanco para saber más sobre las causas del dolor de espalda y la influencia del estrés en la salud de la espalda.
Deslizamiento de disco
Los discos se interponen entre los cuerpos vertebrales: actúan como amortiguadores, pueden soportar grandes cargas de tensión y compresión e impiden que los cuerpos vertebrales rocen entre sí. Si la elasticidad de los discos disminuye, el anillo fibroso externo puede desgarrarse. El núcleo gelatinoso se prolapsa desde el interior del disco y provoca una hernia discal.
Si el prolapso presiona una raíz nerviosa, puede causar dolor en el brazo o la pierna con sensaciones anormales asociadas, como pinchazos o entumecimiento. Un prolapso puede incluso provocar una parálisis muscular.
Bloqueo
Las malas posturas o levantar objetos pesados también pueden desplazar el tejido intervertebral. El resultado es una postura incorrecta y trastornos funcionales de la columna lumbar, también llamados "bloqueos". Esto también puede afectar a las articulaciones entre las vértebras. Una de las consecuencias es que la musculatura circundante entra en espasmo y el paciente adopta una postura de guardia para aliviar el dolor. A su vez, este bloqueo postural somete a más tensión a otras partes de la espalda y el dolor puede extenderse.
Cambios degenerativos
A medida que envejecemos, nuestra columna vertebral se ve afectada por cambios debidos al desgaste (los llamados "cambios degenerativos"), como la artrosis. Degenerativa significa que las consecuencias del desgaste son irreversibles, aunque muchas responden bien al tratamiento, por ejemplo, mediante el uso de dispositivos médicos.
El desgaste de los discos intervertebrales hace que las superficies articulares entre las vértebras rocen más entre sí. Esta sobrecarga conduce a una degeneración articular, que se denomina artrosis de las articulaciones facetarias, si afecta a las articulaciones situadas entre los cuerpos vertebrales (articulaciones facetarias).
Causas musculares
La columna lumbar está estabilizada por los músculos. Los músculos de la parte anterior y lateral del abdomen también desempeñan un papel importante. Una musculatura estable del torso alivia la tensión sobre los discos intervertebrales y las articulaciones facetarias y protege la columna lumbar contra sobreesfuerzos. El dolor de espalda puede aparecer si los músculos son débiles o se han desarrollado de forma asimétrica. Los músculos individuales pueden sobrecargarse, endurecerse o incluso acortarse.
La causa es una mala postura, poco ejercicio, deportes unilaterales o incluso el estrés.
Deformidades
Sin embargo, la causa del dolor de espalda puede estar en otro lugar, por ejemplo, en los pies. Nuestros pies nos llevan literalmente a lo largo del día y soportan todo el peso de nuestro cuerpo, por lo que están expuestos a enormes tensiones. Por lo tanto, una arquitectura defectuosa del pie también puede ser causa de dolor de espalda. También las diferencias en la longitud de las piernas pueden provocar inclinación pélvica y, en última instancia, dolor de espalda.
La buena noticia es que muchos problemas de espalda se resuelven por sí solos en pocas semanas. Las lumbalgias inespecíficas se alivian sobre todo con tratamientos de movilización y, tras consultar al médico, con medicación. Los ejercicios para fortalecer la musculatura también pueden ser adecuados, por ejemplo, los ejercicios de espalda de medi.
Prevención: consejos para una espalda fuerte
Todos podemos aliviar la tensión que soporta nuestra espalda en la vida cotidiana y evitar el dolor.
- Hacer ejercicio con regularidad: incluso solo tres sesiones de entrenamiento moderado de 45 minutos cada una a la semana aumentan nuestro bienestar, refuerzan el sistema inmunitario y nos mantienen en forma y ágiles. Los deportes suaves, como la natación o la marcha rápida, son especialmente beneficiosos para las articulaciones.
- Dieta sana: una dieta equilibrada nos mantiene en forma y nos ayuda a reducir el sobrepeso y aliviar la tensión en la espalda.
- Levantamiento inteligente: siempre que levantemos objetos pesados, debemos ponernos en cuclillas y hacer el esfuerzo con los músculos de las piernas en lugar de "meter la espalda".
- Transporte adecuado: es mejor llevar los objetos pesados cerca del cuerpo. Evite la carga unilateral de un brazo.
- Manténgase activo: todas las personas que pasan muchas horas sentadas en un escritorio deben aprovechar cualquier oportunidad para moverse; por ejemplo, subir las escaleras en lugar de coger el ascensor, levantarse de vez en cuando se habla por teléfono o dar un paseo a la hora de comer.
Lugar de trabajo ergonómico
El dolor de espalda suele empezar en el trabajo. Estar sentado durante horas o adoptar una postura incorrecta puede forzar los músculos y las articulaciones y provocar dolor. Esto es especialmente cierto en trabajos que requieren agacharse, levantar o transportar cargas pesadas con frecuencia.
Tratamiento del dolor de espalda
El dolor de espalda puede tratarse con diversos métodos. El médico que le trate decidirá si es posible un tratamiento conservador (sin operación) o si es necesaria una intervención quirúrgica en los casos graves.
Dispositivos médicos
Los soportes y órtesis son dispositivos médicos diseñados específicamente para el tratamiento de dolores de espalda.
Fisioterapia y masajes
Fisioterapia y masajes
Durante la fisioterapia, se realizan ejercicios especiales para la espalda bajo supervisión. Pueden movilizar la columna vertebral, aliviar tensiones y fortalecer la musculatura del torso. Los masajes, la terapia de ultrasonidos o la electroterapia pueden favorecer la curación y aliviar el dolor.
El médico decide qué ejercicios son los más adecuados para el paciente. Los ejercicios de fisioterapia de medi son muy adecuados para muchos pacientes. Por ejemplo, ayudan a fortalecer la columna vertebral y alivian el dolor.
Medicamentos y pomadas
Medicamentos y pomadas
Los medicamentos que alivian el dolor e inhiben la inflamación o las pomadas pueden ayudar a aliviar el dolor a corto plazo. Así se evitan las incómodas guardias posturales. Debe consultar a un médico antes de tomar cualquier comprimido.
Ejercicios de espalda
Unos músculos fuertes alrededor de la columna vertebral la protegen contra el desgaste, la tensión muscular y el dolor. El dolor de espalda puede contrarrestarse con ejercicio físico regular en una escuela fortalecimiento de la espalda, con ejercicios especiales para la columna vertebral y deportes suaves como la natación o la marcha rápida.
Soportes y órtesis para la espalda
Los soportes y órtesis son ayudas médicas diseñadas específicamente para el tratamiento de dolores musculares, tendinosos, articulares y de espalda. Se adaptan perfectamente a las condiciones anatómicas del cuerpo, pueden aliviar el dolor y contribuyen a la movilidad. Según el tipo de enfermedad, se utilizan diversas ayudas. Los soportes para la parte baja de la espalda pueden estabilizar y aliviar la columna lumbar.
Unos soportes más estables, las llamadas órtesis, pueden enderezar la columna lumbar y proporcionar un apoyo y un alivio más intensos. Estas ayudas pueden compensar las limitaciones físicas, permitiendo una mayor libertad de movimientos, actividad y una mejor calidad de vida.
Proporcione apoyo a la zona lumbar donde más se necesita con los soportes y órtesis de medi
La gama de soportes y órtesis medi ofrece el dispositivo médico adecuado para muchas afecciones diferentes. Los productos convencen a los pacientes porque son cómodos de llevar, están fabricados con materiales transpirables y respetuosos con la piel y están disponibles en una amplia gama de tallas, de modo que todo el mundo puede encontrar exactamente el soporte o la órtesis que necesita. Todos los dispositivos médicos de medi son fáciles de manejar y no producen cortes en la piel, incluso cuando se llevan durante largos periodos.
Tensión, esguince o distensión: la zona lumbar se ve afectada con especial frecuencia por dolores y lesiones. Aquí es donde entran en juego los soportes y órtesis de medi: pueden estabilizar la espalda, aliviar la tensión muscular y mitigar el dolor al moverse. Los dispositivos médicos consiguen estos efectos positivos gracias a su modo de acción multidimensional. Estabilizan la columna lumbar, alivian el dolor y mejoran la movilidad. Esto puede evitar una mayor pérdida de masa muscular, la llamada "atrofia muscular".
Haga clic aquí para obtener más información sobre los soportes para la espalda de medi.
Fuente:
1 Klein, Dr. med. Christoph (2014): Orthopädie für Patienten. Medizin verstehen. Remagen: Verlag Michels-Klein, S. 277.